Que lo que pase en Sevilla… se quede en Sevilla

No sé si sabéis que Sevilla fue en una época conocida como «La Ciudad de los Amantes» entre otros nombres, y todo gracias al controvertido monarca Pedro I de Castilla, que durante un tiempo mantuvo la actual capital andaluza como lugar de su corte. Allí fue donde todos fueron testigo de los apasionados y escandalosos amores del rey don Pedro y de María de Padilla, pero no fue sólo este suceso el que ocurrió en la ciudad, aunque sí que le dio ese sobrenombre por un tiempo; no olvidemos el fatricidio que Enrique II cometió contra su hermano, ni la traición que los algunos nobles castellanos realizaron con la connivencia de otros sevillanos, adeptos al hermanastro del rey. Por eso, debió acuñarse la frase que da título a este post.

Sí, ya sé que es un cliché, pero Sevilla estuvo durante siglos en el ojo del huracán de la historia, convirtiéndose en una de las ciudades principales del Reino de España, y sus muros e intramuros tendrían mucha tela que cortar, si en realidad hablaran. ¿Y crees que la cosa ha cambiado con el pasar del tiempo? De ninguna manera, esta ciudad tiene la virtud (o no, según se mire) de hacer que la gente haga las cosas más escandalosas mientras está en ella, aunque después quieran que se calle el asunto por todas las maneras. Pero lo siento, a veces es muy difícil, como cuando nos encontramos con el rodaje de una peli porno en Sevilla. ¿Cómo callar este acontecimiento, que ya llama la atención de por sí, y menos en un lugar como el Sur, donde las lenguas no descansan ni de día ni de noche (varias canciones populares dan buena prueba de ello)? Y es que pasear por las calles sevillanas y encontrarte de pronto a dos señoritas de muy buen ver totalmente desnudas y comiéndose la boca debe impactar a cualquiera; pero si das una mirada alrededor y te ves las cámaras de grabación, uno tiene que quedar en shock literalmente, porque al menos yo no sabía que se podía grabar porno al aire libre así como así…

Y no se puede, que conste en acta aquí y ahora. Se necesitan una serie de permisos, no sólo porque se usa para el rodaje los espacios públicos, sino porque por supuesto el tema de la posible películas no es precisamente para todos los  públicos. Las películas xxx tienen sus adeptos, por supuesto, y muchos más de los que confiesan que se pirran por ver tías cachondas y desnudas teniendo sexo, eso que quede claro; pero hay edades a las que realmente no se aconseja tener ese tipo de visionado, y gente adulta a la que no le gusta ver a dos personas tener sexo justo enfrente de su cara, y con público además. Debemos dejar de ser hipócritas y puritanos, sí, pero también respetuosos con los que tienen ciertos tabúes y prejuicios si se trata de no molestar a nadie, como el que no te guste la pornografía. Total, que entre unas consideraciones y otras, que quede claro que uno no puede coger una cámara en una mano y a su novia en la otra y meter un polvo en medio del parque mientras te grabas, eso lo puede entender cualquiera; pero en plan profesional es lo mismo, así que claramente el grabar una pelicula porno en las calles de Sevilla a mediodía y sin previo aviso ni permiso, no es algo que se pueda hacer.

Esta es una de esas cosas escandalosas que debían haberse quedado entre la cola de chismorreos sevillanos pero… ¡ah, sorpresa!: resultó que otras ciudades también tomaron ejemplo, y además en muy poco lapso de tiempo, con lo que uno podría pensar en una clase de conspiración, si fuera mal pensado. Todos fueron prohibidos, y con el tiempo se ha ido olvidando por fin, aunque… quién sabe, ¿podrá permanecer en el olvido para siempre?

 

Murillo y Sevilla: una unión que traspasa épocas

Fue en 2018 cuando Sevilla proclamó «El año de Murillo«, un acontecimiento que pasó más o menos sin pena ni gloria, pero que no debió haber sido así. La ciudad que lo vio nacer y morir quiso así dar un homenaje a Bartolomé Esteban Murillo en el 400 aniversario de su nacimiento, y aunque Sevilla siempre fue agradecida con él y lo tiene como uno de sus mayores representantes, en los últimos años la figura del artista ha ido poco a poco degradándose e incluso quedando en el olvido.

Y es que precisamente Sevilla es el lugar donde puede conocerse a este gran pintor y ver de cerca toda la grandeza de su arte. Algunas obras de Murillo son de conocimiento universal, pero hay otras, escondidas en diversas rincones de la capital hispalenses, que son apenas conocidos por unos cuantos, y que han pasado desapercibidas para el gran público entendido y también para los profanos, por la costumbre de verlas día a día. Por ejemplo, Moisés golpeando la roca y El milagro de los panes y los peces llevan casi 350 años en el Hospital de la Caridad, pero no son muchos los que los consideran como representativos de la obra de Murillo, aunque definitivamente son de su creación; lo que hace también especiales a estas obras es que no han salido de la ciudad, a diferencia de casi el 90% de la obra del artista, que fue expoliada durante la Guerra con Francia y vendida en Europa hasta el siglo pasado.

Murillo fue el principal pintor en Sevilla a finales del siglo XVII. Siguió siendo uno de los artistas europeos más admirados y populares de los siglos XVIII y XIX. Sus primeros trabajos fueron muy influenciados por los primeros trabajos de Velázquez , ejecutados antes de que el gran pintor saliera de Sevilla en 1623, y por las pinturas de Zurbarán.