El origen de las fiestas en honor a la Santa Cruz se pierden en el tiempo. Parece ser que tuvieron lugar a raíz del descubrimiento por Santa Elena de la cruz donde murió Cristo, mas la verdad es que el arraigo popular de la celebración procede de determinadas celebraciones en la época de los romanos.
La historia, con mucho de historia legendaria, cuenta como en el emperador Constantino, en el sexto año de su reinado, se encaró a orillas del Danubio con los salvajes, en una batalla cuya victoria se cree imposible a raíz de la magnitud del ejército contrincante. Una noche Constantino tuvo una visión en la que se le apareció refulgente la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, «In hoc signo vincis» (Con esta señal vencerás). El emperador hizo edificar una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin complejidad a la multitud contrincante. En el monte donde la tradición ubica la muerte de Cristo, se encontraron tres maderos ensangrentados y para descubrir cuál era la auténtica cruz donde murió Cristo, puso una a una las cruces sobre personas enfermas, e inclusive fallecidos, que se curaban o bien resucitaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo. De ahí viene pues la adoración a la santa cruz.
El emperador Constantino fue considerado en el medievo occidental como prototipo del príncipe cristiano y se le rodeó de multitud de relatos fantásticos, no es de extrañar que haya mucha leyenda de por medio que no se ciñe a la realidad. Mas se da la coyuntura de que además de esto, la celebración de estas fiestas vernales, es precedente al propio emperador Constantino. Por último, hay que agregar que el culto a la Cruz por norma general es todavía más viejo, puesto que sabemos que en el año quinientos noventa y nueve se festejó en la Catedral de la Santa Cruz el II Concilio de Barna, lo que implica por su parte una advocación precedente. Se da, por otra parte, la coyuntura de que la presunta Cruz de Cristo fue robada y el emperador Heraclio en el año seiscientos catorce consiguió salvarla. Cuenta la tradición que cuando la cruz volvió a Jerusalén el emperador organizó una enorme comitiva para percibir la cruz, figurando cubierto de suntuosas ropas y ornamentos. Ocurrió entonces que le sobrevinieron grandes inconvenientes…
Los orígenes de estas fiestas populares del mes de mayo son discutidos. Desde los autores renacentistas se pretende hacer derivar semejantes celebraciones de alguna festividad tradicional grecolatina. La celebración, rememorando la muerte y resurrección de Jesús, tenía sitio coincidiendo con el equinoccio de primavera. A consecuencia del empeño de la jerarquía cristiana por quitar viejas prácticas paganas y supersticiosas, muy frecuentemente escandalosas y prácticamente siempre y en toda circunstancia contrarias a su ética, el mayo-árbol se transformó en el mes de mayo-cruz, preservando prácticamente íntegros todos los otros elementos de la celebración.