Donde salir de fiesta en Sevilla

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Para empezar la senda de noche Sevillana, lo propio es tomar una cerveza bien fría en El Tremendo, cerca de la Plaza de Santa Catalina, o bien, en la Bodeguita Vieja o bien Los Soportales en la Plaza Salvador. Estos son muy populares entre la gente del sitio y entorno (exterior) que van únicamente a pie. Si quieres algo más apasionante en cuanto a cerveza se refiere, puedes ir a la Cerveceria Internacional, que tiene una buena selección de cervezas europeas.

Para aquellos que procuran un entorno más británico, de Flaherty es un pub irlandés que está en la calle Alemanes, es sin duda el sitio para ir. Guinness y Murphy de barril dan gran cobertura a los deportes en una gran pantalla y el personal habla Inglés. Usted puede dar un buen bocado para comer también aquí, asimismo, con su curiosa mezcla de comida de pub y «tapas irlandesas». Otro de los lugares podría ser el Malt House en la Calle Canalejas, el O’Neill en frente de la estación de San Bernardo, La Trinidad en el Hotel Inglaterra en Plaza Nueva y el clan (una barra de Escocia), en la calle Adriano. Para un estilo americano puedes ir por ejemplo al restaurante Tex-Mex en la calle Placentines.

Para algo más de gran lujo, con costos acordes, no se puede dejar de visitar la barra de San Fernando en el hotel Alfonso XIII (cuando el tiempo es caluroso es una gozada estar en el patio abierto tomando una copa de cava bien fresquita), o bien un coctel en el moderno y vidrioso Salón a las cinco, Camino Colón. Para conseguir los mejores mojitos y una atmosfera agradable y alegre, visita Café L’Art en la calle General Castaños, en el Médano.

Para algo más especial, un buen lugar es El Garloch, en la calle Boteros de la alfalfa. Allí se hace una celebración con poca luz de todas y cada una de las cosas Semana Santa que te evocarán grandes recuerdos religiosos y que parecerá prácticamente estar más en una iglesia que en un bar.

Para uno de esos instantes mágicos ver el atardecer sobre la catedral de los bares rootop en el Hotel Fontecruz en la Calle Abades, desde allí podrás ver los tejados de los vecinos y disponen de un buen servicio a costos razonables).

Por una opción alternativa o más informal, cruza el río a Triana y visita Lo Nuestro en la calle Betis. También La Anselma es uno de los lugares preferidos por los turistas, aunque parece haber sido víctima de su éxito y ahora está repleto de turistas y ha perdido parte de su encanto. Además está el bien conocido La Carbonería en la Calle cobra, lo que acostumbraba a ser el mejor sitio boho flamenco en el centro, ahora vende recuerdos justo en la entrada. Por otro lado, ciertos espectáculos de flamenco se pueden encontrar en el centro de la ciudad y mientras das un paseo estás escuchando música en directo.

No podemos olvidarnos de las mujeres Sevillanas, sin duda ellas son el alma de la fiesta y precisamente en cuanto a fiestas se refiere tienes absolutamente todo lo que te puedas imaginar. Yo personalmente he vivido momentos máginas en esta preciosa ciudad y el aire que se respira tiene un olor especial. He vivido situaciones personales increíbles y la mayoría han sido buenas, pero también he visto cosas extrañas como por ejemplo ver a dos hermanos besándose al más puro estilo de película de sexo y aunque a mi personalmente ni me va ni me viene, la verdad es que me resultó muy curioso y lo primero que pensé es que allí había una libertad inusual.

Para concretar en cuanto a donde salir de juerga, uno de los mejores clubs de Sala es el Boss, que está en la calle Betis en la ribera del río Triana, uno de los lugares de encuentro preferidos de los más nocturnos. Abre sus puertas en torno a la medianoche y continúa abierto hasta el amanecer. La música es más bien comercial, y la clientela en su mayor parte son veinteañeros de tendencia. El miércoles es el «Día Internacional«. La entrada está entre 8 y 10 euros e incluye copa.

Groucho es otro garito que está ubicado en el centro de Federico Sánchez Bedoya, en la Avenida Constitución. Está abierto desde las 18:00 hasta el amanecer, y la clientela son en su mayor parte gente de entre treinta y cuarenta años. La entrada es libre, hay una política de puertas bastante rigurosa, con lo que deberás vestir con elegancia. La música normalmente múscia pop de España por la tarde, y más discotequera de noche, con una velada flamenca en vivo cada jueves.

El antiquetheatro es también un lujo, se encuentra en la calle Matematico Rey Pastor y Castro través del río en la Cartuja. Esta es seguramente la disco más conocida de Sevilla y una de las que tienes más probabilidades de hallar celebridades como futbolistas, toreros y artistas. La disco tiene buenísima música de la casa con dj internacionales, y hay salas VIP y privadas que incluyen habitaciones. La entrada es generalmente gratuita.

Si la música en vivo es lo tuyo, existen algunos buenos lugares repartidos por toda Sevilla, mas debes saber que no te irás a la cama temprano. Ciertos de mis preferidos son el Fun Club en Alameda 86, El Can Andaluz , un bar rehabilitado últimamente que es un sitio privilegiado para los actores y artistas, y la Sala Malandar, por el río, con una mezcla sintética y progresiva de estilos.

La giralda de Sevilla

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Un icono de Sevilla es sin lugar a dudas la espléndida Giralda, que fue la construcción más alta de la urbe a lo largo de más de ochocientos años, que dominó el horizonte desde 103m. Originalmente fue construida en 1195 al igual que el minarete de la mezquita judería, ahora es el campanario de la catedral, y es reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El nombre de Giralda significa «la que gira«. Tras la veleta en la parte superior de la torre, hay una escultura que llamada El Giraldillo.

Si hablamos sobre la historia de La Giralda, diremos que El minarete fue la culminación de la arquitectura almohade y sirvió como modelo para los que están en las capitales imperiales de la dinastía de Rabat y Marrakech. Se emplea tanto para llamar a los fieles a la oración como un observatorio. La Giralda fue muy reverenciada por los gobernantes árabes, que deseaban destruir el minarete ya antes de la conquista cristiana de la urbe en mil doscientos cuarenta y ocho, en vez de tener que emplear una religión diferente al Islam, mas fueron impedidos por la amenaza del rey Alfonso X que » si se suprimen una sola piedra, todos se pondrían bajo su espada «.

La estructura mora costó doce años en edificar y deriva su simple belleza de las sombras formadas por bloques de ladrillo enrejado, diferentes en todos y cada uno de sus lados, y se calma con una sucesión de nichos con arcos y ventanas. En sus días fue también un minarete, la torre tenía 3 o bien 4 bolas de cobre en la parte superior de la estructura cuadrada, de mayor a menor, coronado por una luna creciente.

Esta ornamentación fue destruida en un seísmo tras la reconquista de la urbe, en medio del siglo catorce, y sustituido por un pequeño campanario y una cruz. En el siglo dieciséis se agregó el campanario actual con sus 4 plantas, generando un extraño híbrido de la arquitectura árabe y renacentista.

Al mirador se puede subir a la sala de las campanas desde el que hay una vista inusual de la ciudad, en especial el Alcázar y el Distrito de Santa Cruz, y asimismo a vista de pájaro de los detalles góticos de contrafuertes y esculturas de la catedral. Se puede pasear por una serie de rampas suavemente inclinadas, suficientemente extensas para permitir el paso de 2 guardas montados, o bien almuecines – el hombre que llama a los fieles a la oración. Las rampas fueron diseñadas de forma que sus monturas, caballos o bien burros, podrían subir el minarete de una manera cómoda.